La música y la política siempre fueron una combinación en los escenarios del festival y este año no fue la excepción.
Con Dillom y un cover de «Señor Cobranza» de Las Manos de Filippi, pasando por Lali con su reversión de «Quiénes son» para responder a las críticas de parte de los sectores afines al Gobierno Nacional, llegando a Molotov con su «La patria no se vende» proyectada en el fondo del show y en el cierre musical la política se metió de lleno en ambas jornadas.
Sin dudas, una edición que no pasará desapercibida tanto por sus más de 100 artistas en escena en ambas jornadas como por la consolidación de géneros como la electrónica y los representas de la «Nueva Generación» o el paso de leyendas del rock como Slash.
La organización del evento mejoró notablemente en términos de logística y accesibilidad, permitiendo a los asistentes disfrutar plenamente de los siete escenarios y las diversas experiencias gastronómicas en un predio cada vez más amplio.
Además, el festival demostró su impacto económico y cultural al movilizar más de $21 mil millones y consolidarse como un motor tanto para la industria cultural como para el turismo en la región.
El compromiso con la sostenibilidad también se destacó, con el festival liderando nuevamente el sector al realizar un exhaustivo estudio de triple impacto para evaluar su influencia ambiental, económica y sociocultural que conoceremos en los próximos días.