La familia de Miguel Alexander “Nano” Martínez (22), el joven que fue asesinado a golpes y semienterrado en un campo, pidió este martes frente a Tribunales que se haga “justicia verdadera”, todo en vísperas del juicio oral y público que se desarrollará el próximo lunes en la misma sede judicial y que contará con jurados populares.
El caso generó una profunda conmoción en la comunidad, especialmente, por la violencia utilizada para perpetrar el delito. “Fue un horror la forma en la que me quitaron a mi hijo, lo desaparecieron, lo mataron sin que se pueda defender, con varios elementos”, sostuvo ayer la madre de la víctima, Mirta Martínez, ante la prensa.
El cuerpo del chico fue hallado el viernes 29 del mismo mes en un monte de la zona rural de Arroyo Algodón, a 10 kilómetros de dicha localidad. El cadáver estaba semienterrado.
Hablaron el fiscal de Cámara y el abogado querellante
A días de que comience la audiencia, el fiscal de Cámara Francisco Márquez adelantó que, al momento de los alegatos, pedirá la pena de prisión perpetua, apoyándose en la figura solicitada por la Fiscalía que llevó adelante la instrucción, la de Juliana Companys.
El funcionario que representa al Ministerio Público Fiscal (MPF) se mostró empático con el caso, especialmente con el dolor que siente la madre. “El reclamo de la señora es legítimo. Su hijo es un pobre chico que fue asesinado por dos vendedores de droga”, exclamó.
Marquez cargó contra el abogado defensor de los imputados, Marcelo Martín Silvano. “El doctor intentó instalar en la opinión pública que esta gente está detenida en un proceso nulo y la verdad es que, en dos oportunidades, el juez de Control y la Cámara de Casación me han dicho que no es nulo”, reafirmó.
Por su parte, el abogado que patrocina a la familia de la víctima, Manuel Argüello, mencionó que se mantendrá firme con el pedido que hizo desde un comienzo. “El Código dice que corresponde una perpetua, no cabe otra condena para este tipo de delitos”, aseveró.
Argüello volvió a insistir en que se trató de un asesinato en en el que estuvo presente la figura de la aporofobia, es decir, el odio hacia el pobre.
“La forma de ejecutar el crimen y el modo de esconder el cuerpo, que fue con absoluto desprecio y desaprensión, nos hace ver que hay una mirada indudablemente despectiva de la víctima. Es más, nos atrevemos a pensar que por sus cabezas pasó la idea de que nadie iba a reclamar, que nadie iba a pedir justicia por este joven”, añadió.
“Hay gente que se ve afectada por este hecho. En lo personal, he estado acompañando a la familia de Nano y he visto un deterioro sostenido en su calidad de vida. No se trata solamente de la desaparición de un hijo, que es algo tremendamente doloroso, sino lo que significó, significa y significará para ellos”, afirmó.
Fuente Puntal Villa María y Canal Somos Noticias.